Cuando llega a casa, la encuentra desvalijada. Angustiado, llama a su amigo. Él nunca le pidió la llave. No sabe de qué habla. ¡Cómo puede ser! Usted le dio la llave en persona. Pero resulta que no era su amigo, era alguien que se hizo pasar por él. Y usted le creyó.
Eso, pero en el mundo virtual -con implicaciones muy reales-, es lo que según Google le ha pasado a cientos de altos funcionarios de Estados Unidos, periodistas chinos y activistas políticos, usuarios de su servicio de correo electrónico Gmail.